miércoles, 15 de enero de 2014

Escucha compulsiva (2)

Solo la música me puede llevar a otro lugar sin moverme. Es la música de fondo la que me sobrecoge ante una historia. Sin ella, la misma historia es solo teatro: puede atraerme y sorprenderme pero no me disuelve, que es lo que deseo.



"Opening". "Glassworks" de Philip Glass (1982)

Minimalista y repetitivo. Ideal para los que somos obsesivos en busca de hipnóticos. 
Leer una buena historia sumergido en esta música la vuelve mejor historia. Los personajes pueden cobrar vida y el lector, desvanecerse. ´
Y eso es, sí, exactamente lo que deseo.

lunes, 6 de enero de 2014

Escucha compulsiva (1)

Me ocurre desde que la música es tan asombrosamente accesible: tropiezo con una pieza de modo casual, incluso rocambolesco, me cautiva, tal vez la oí antes o solo lo parece, puede que me haga recordar algo que sucedió o vi, o no y es simplemente placentera y tengo que escucharla de nuevo, otra vez, otra y otra y otra, y al día siguiente debo buscar el momento para escucharla de nuevo, y otra vez, y así algunos días, más bien pocos, hasta que se desvanece y prácticamente la olvido y no recuerdo su nombre, su autor o cómo llegué hasta ella. 



Come in! - Vladimir Martynov

Seguiré tropezando.