lunes, 15 de mayo de 2023

Endeavour


Oxford, música, crimen, poesía, crucigramas y pintas de cerveza. Añádanle la época adecuada, esos lejanísimos años sesenta y comienzos de los setenta del siglo XX, agítese con el adecuado movimiento de muñeca et voilà! ¿Cómo podría resistirme precisamente yo? 

No he leído las novelas de Colin Dexter que inspiran una serie que recrea los primeros pasos del personaje pero, una vez más, agradezco el placer proporcionado por la ficción tanto como lamento el final que me priva de él. Así que me quedo saboreando el regusto amargo y placentero, y en verdad no sé si es más lo uno o lo otro, que me deja el mundo imaginario en el que, ya sea por costumbre o necesidad, me sumerjo durante un tiempo sabiendo que habré de dejarlo atrás, inevitablemente, una vez encuentre el que lo sustituya. 

Cómo temo y me gustan al mismo tiempo los finales.