sábado, 20 de noviembre de 2010

¿Qué hay de nuevo, viejo?

Sí, lo confieso: lo necesito. Un rincón donde reflejar todo aquello en lo que caigo, sea un guindo, un caballo o en la cuenta; las impresiones con que tropiezo desordenada y caprichosamente. Sé que probablemente no es más que seguir cayendo en el mismo sitio, aunque cada vez más hondo, pero ya digo que es solo necesidad, no conveniencia.

Ya tengo el nuevo recipiente. El otro quedó cerrado y éste deberá abrirse casi en el mismo punto.



Y el tiempo dirá.

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