viernes, 14 de enero de 2011

La Espasa

Me gusta pensar en los viejos tiempos para saber apreciar los nuevos. Y hay una parte de los viejos tiempos encerrada en la Delegación de Hacienda donde trabajaba mi padre.
En los viejos tiempos actualizar la legislación del temario de las oposiciones pasaba por revisar, una vez al mes, los ejemplares del B.O.E. tirados en un rincón de la Intervención.
En los viejos tiempos contemplar el compendio del saber, o algo que podría parecérsele, pasaba por admirar la gruesa y oscura tapa de los tomos de la Espasa, y ojear algunos en el despacho del Abogado del Estado cuando no estaba.



En casa, sin embargo, en los viejos tiempos el compendio del saber era la Durvan, y recuerdo especialmente cuando mi padre se negó a comprar más apéndices al comprobar que cada vez eran más caros y tenían menos páginas. Un abuso comercial, sin duda.



En los nuevos tiempos la Wikipedia anda celebrando su décimo aniversario. Sin discusión, la mejor referencia básica (y no tan básica) del conocimiento universal, construida, aumentada y corregida mediante un continuo esfuerzo colectivo y desinteresado que refleja algo de lo mejor de los nuevos tiempos. Absolutamente indispensable, muy especialmente para los que simulan mirarla por encima del hombro.



Observo complacido que últimamente la Espasa va saliendo del despacho donde nadie la consultaba.


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