lunes, 9 de enero de 2012

El sermón de la mañana

Malditos hábitos. Quizá solo respondan a la flojera del sueño matutino. Pero es despertarme, medio mareado, y ya necesito el primer trago de radio. Allí están las voces, incomprensiblemente animosas, casi entusiastas, soltando lo primero que ha pasado previamente por la cabeza de sus dueños. Soy incapaz de comprender cómo puede haber tanto tráfico cerebral a esas horas. Qué vitalidad. Necesito oír lo que con frecuencia me repatea. Mi particular y disciplinado cilicio. Carlos Herrera se sienta a desayunar en un estudio de ONDA CERO y me cuenta lo que piensa. Le escucho atentamente. Me repatea pero le escucho. El tipo debe de saber que escuchan lo que se le ocurre porque no para. Día tras día. Se gana la vida y le escucho, día a día, y me repatea día sí, día no pero casi. Sin duda sale ganando y yo perdiendo. Malditos hábitos. 

El cilicio de la mañana. Droga pura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario