lunes, 7 de marzo de 2011

Tumores

A. me tiene al tanto de sus problemas personales en Francia. No paran de crecer. Si por un instante me pongo en su lugar me sobrevienen escalofríos. Solo puedo ofrecerle palabras de apoyo, nada más que palabras. Él se desahoga despotricando contra los franceses, contra su incompetencia y su xenofobia. Maldiciendo y generalizando groseramente, que es lo que hacemos cuando maldecimos. Me recuerda que incluso él, europeo, es un inmigrante al que algunos miran de soslayo. Me cuenta las náuseas que le provocan los buenos resultados obtenidos por Marine Le Pen en una reciente encuesta, la misma líder que hace unos días proponía, como medida frente a los flujos migratorios desde el norte de África, detener por la fuerza los barcos en aguas internacionales.




Hay que tener cuidado con el tamaño del tumor, pero no solo en Francia. Desde hace tiempo hay metástasis por toda Europa.

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