jueves, 24 de marzo de 2011

Historia (esa cosa que repite)




En un lugar de la trepidante y completa estampa histórica que ofrece Tony Judt en su "Postguerra. Una historia de Europa desde 1945", se dibuja la emergente silueta de la Rumanía comunista de Dej y, posteriormente, Ceauşescu. El relativo distanciamiento de Moscú por unos dirigentes de Bucarest que enarbolaban la bandera del nacionalismo, les proporciónó una gran cantidad de admiradores occidentales. The Economist, en agosto de 1966, denominó a Ceauşescu "El De Gaulle de Europa del Este". Precisamente De Gaulle, en una visita a Bucarest realizada en mayo de 1968 había comentado que aunque el comunismo de Ceauşescu no era apropiado para Occidente, probablemente se adecuaba bien a Rumanía. "Chez vous un tel régime est utile, car il fait marcher les gens et fait avancer les choses" (Para ustedes un régimen así resulta útil, hace que la gente se mueva y progresen las cosas). Sin duda De Gaulle estaba en lo cierto en cuanto a que el comunismo rumano no habría sido apropiado para Occidente. El comunismo rumano era especialmente despiadado y represor: al distanciarse de la Unión Soviética a partir de 1958, Dej y Ceauşescu también se liberaron de cualquier necesidad de emular la desestanilización y las reformas asociadas a la era Jruschov. (...) Pero lejos de condenar a los dictadores rumanos, los gobiernos occidentales los alentaron todo lo posible. Una vez que Rumanía incumplió el veto soviético y reconoció formalmente a Alemania Occidental en enero de 1967, las relaciones se hicieron más cordiales aún: con su visita a Bucarest en agosto de 1969, Richard Nixon se convertiría en el primer presidente de Estados Unidos en visitar un Estado comunista. (...) Impresionado por Nicoalae Ceauşescu durante una visita realizada a Rumanía en 1978, el senador George McGovern le elogió como "uno de los mayores defensores del control de armas"; y aun en septiembre de 1983, cuando ya se conocia la terrible verdad sobre el régimen de Ceauşescu, el vicepresidente George Bush le describió memorablemente como "uno de los buenos comunistas de Europa".

La perspectiva que ofrece la Historia, el conocimiento de un episodio desde su principio hasta su final es una herramienta clave para el aprendizaje humano. Si se desdeña no aprendemos. La historia de la Rumanía de Ceauşescu vista por los ojos de relevantes liberales conservadores, como la de la China de Mao vista por los de significativos miembros de la izquierda, habla de desvergüenza, deshonestidad, ignorancia y, finalmente, ridículo. Espantoso.



Creo que me viene.




Por un momento es solo un resoplido. Quizá acabe siendo algo más.




Perdón. Está claro: algo me está repitiendo.

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